Ana Franco Ortuño

Hablas del mundo como si no existiera

Selección: Silvana Franzetti

Parque

Hay algo que rebasa la presencia:
eso falso que rebasa la presencia
roto e informe que rebasa la presencia
y chirría

No es histórico el problema
el poema es la estela de silencio
rueda que no se llama paz pero ilumina
………………………………………………………(enciende, mejor dicho)

………….la imagen de alguien que sonríe en las distintas posiciones que le ofreció
una taza
una almohada
un caballo de madera
…………………………………………….y la idealización de lo posible

La imagen de una espalda dolorida                                                 La intención de una cura

Sube y baja
baja y sube


Diarios de la peste

Lluvia sin fruto
César Rito Salinas

Desandar lo habitado,
descolgar su rumor de los muros.
Me redimo en la imagen de propensión al caos: una sartén, una bolsa de mano a la basura, los libros que no he de leer y en la cocina el agua para un té con el que combatimos a la peste.

Dormirán las cosas su historia de la mía,
y la casa se transforma, en acecho, como animal hacia otro remolino;
sale herida de sí, rumbo a otros muros
─la desarmo y hago en ella un carrusel.

Queda este nuevo escape en la pantalla:
citas de enfermedad en la esperanza,
de esperanza en la enfermedad.

A cambio improviso un jardín en la ventana,
tendederos con trapos coloridos,
escaramuza de sillones que lleven a otro cielo.

Y el desazón ensombrece los muros con márgenes de polvo
(acaso nuevas fotos ocupen el sitio de las descolgadas).

¿Sentiremos de pronto un golpe seco, en la nuca,
anuncio de esa muerte?

Vuelve en su absurdo el eco de algún film futurista:
detrás de los cristales los amigos con traje transparente y su miedo a los abrazos.


II
Estudio sobre los ojos

Se intuye, se sospecha, gana terreno,
agota la determinación del sentido común
en trance a las nuevas vecindades.

Si, finalmente, la predicción cumpliere,
quisiéramos borrar su trazo por la casa,
no encontrar su reflejo en la ventana
ni de frente en los ojos de un pariente, en su rostro enmascarado
evitar
(como si se pudiera)
el cariño al igual que la vergüenza.

Sin luz en la caverna es imposible un mapa.

Que cada quien maneje su dolor por los números rojos, la merma de paciencia, las notas de los diarios…
Si la sopa alcanzara, bastaría con la administración de siempre y algún salvoconducto en los zapatos.
Pero el asunto tiende a mal y matamos las horas: frente al televisor no hubo catástrofe
Hoy que se vive de ambos lados, estar viéndolo todo y es imposible eludir lo taimado del gesto;
optamos por platicar con los objetos o por los matrimonios japoneses sin que nadie nos juzgue. A ventana cerrada y con las tetas inflables.

No significa que no pueda volverse a las formas del pasado,
ni renegar de que hubo apocalipsis.
Siendo sincerxs, se trata de la pura extensión de la risa y los sensores o el gusto por el polvo, en esta larga y agotada conferencia
(aunque es bonito cuando alguien responde de inmediato y pone like)

La cosa entonces ocupa el sitio de las almas;
su sensorialidad.


III
Porque quizás habría que esperar

Porque quizás habría que esperar o hurgar en un pasado diferente
(Me ha tomado un tiempo despertar
del sueño de mí misma)

―Y tu mujer, ¿es libre de acostarse con quien quiera?
―Bueno;
Lo de anoche no era una lección de historia
fue un juego con la sólida intención de la risa
“Reguero de piedras”

Andas después desesperado

―Escuché un mar de piedras que recogían del edificio de enfrente, camiones de cascajo.

En otro mundo, un mar que curaría
con su andanza tu desespero

Poco quehacer para nosotros. Pieza en desacomodo indeciblemente lejos.

Estar a orillas de la culpa

Sobre interpretación de, por ejemplo, un foco:
faro-sol-tren o lo que sea emisor de la luz que se te viene encima
(aunque la luz en las ciudades pobres, falle).

Un nudo que se aprieta
que aprieta una mirada de la que no se sale
Un molino atorado
Una vidriera

Putas que habitan en esta larga noche
construyen el arraigo
(ese negro de mar)

Traspaladas gigantes de cascajo remedan su sonido.


Metonimia

El mundo todo lo que no es el mundo
El mundo suave y álgido su fuego

Arrebatada en la desesperación
propia del mundo y en su candor de muerte
columna ciega que se erige, sorda

Azur a contra-página del mundo
Gotas en el cristal
Acota su brillo de caverna
Baba constante en el vitral del mundo

Sueñas el mar en el incumplimiento del oleaje
y su insomne estertor te deja herida,
descentrada

Reta su inútil transparencia, reflejo en el reflejo,
eco en lo sido
Ido lo roto y el lenguaje roto
en murmullo feroz
o desespero de silencio apenas

Lo que devuelva la ola brevísima del viento
Lo que suene en el roce sin sonido
Lo que mide la rueda de la ausencia
Lo que se haya vaciado en el delirio

Chillan ahora espiral y anfibio
Tuercen el hielo de tu mundo suelo
Este del mundo, su cristal sombrío
este del aire, su pesado vuelo.


Errancias

I
No me pasa como a ti
a quien le llegan cartas de sí mismo
otra cinta de tiempo, ciudad enmarañada; otra vida
sorprendente en la posibilidad de exorcizar el miedo y sin ciudadanía.

Avanzas cegado por la noche,
impuntual entre uno y otro tren; escopeta, guantes de asbesto en la valija
—trampantojos de vuelo—
mirando mi eterna desconfianza en el corsé (si bien deteriorado), y reprochas mi falta de emociones.

Vuelves desde la extranjería culpando a un enojo de siglos que te habita la ventana,
y al impasible sauce que se mece en su marco; te molestó, dijiste, que lo tuviera todo, aunque las cosas no siempre resulten como quiero.
¿Has visto tu desidia? (ridícula adjudicación para un errante)

Yo también procuraba, sonriente en mi propia aventura, la pizca de los hongos,
hasta que enajenamos con su caro desdén que retuerce una nada.

No significa, claro, que no pueda intentarse algún destartalado avance en los zapatos,
esos que deberían andar entre las nubes;
¿qué? si queda poco tiempo para el tiempo
(¿treinta años?)
Sean

La cura y el sonido de un trazo en el cristal del mundo,
o escucharte los cuentos del destierro reflejo en la cálida tormenta
que amaina proyectando el pasado.

Ceden la sed,
sandalia del otoño que despierta el verano.


II
Día de Reyes

Agotas la esperanza
y del deseo, su cristalización:

roto lo roto
perdido lo perdido,
avance poco dulce
de las cosas
de cristal
recuperado
en esa opacidad
de su retorno.

Tiemblas o ríes frente a la opción de un sueño
te asustan sus premisas
(el empezar de nuevo: la puerta de salida, la meta y sus engaños).

Una montaña y otra y otra más—
Olvidaste el carbón en los zapatos.

La circense alegría de carnaval ahora también descolorida
esa cuestión abrupta, su medición,
clausura en su batir de años y la tibieza aspiracional del recaudo.

Hablas del mundo como si no existiera: aquello por todos conocido
y me haces recordar en el reproche tu Don de la Palabra.

Algo que me nombraba a mí,
no a mí, al viento;
que me nombrara el viento,
no a mí
que me nombraba viento a mí,
y que se llama el viento.


N. del E. «Parque» pertenece a Parques o el imán de la tierra (2009); «Diarios de la peste» y «Estudio sobre los ojos» corresponden a Alguien aquí que tiembla…, celebración poética de mujeres. A un 1 del confinamiento (2021); «Porque quizás habría que esperar», a Acuérdate de Acapulco, tríptico (inédito); «Metonimia», «Errancias», y Día de Reyes, son inéditos.



Ana Franco Ortuño (Ciudad de México, 1969)

Es poeta y artista multidisciplinaria; licenciada y maestra en Literaturas Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); dirige el festival de literatura múltiple Distrito Mala Praxis. Entre 2007 y 2017, fue coordinadora editorial y subdirectora de Periódico de Poesía, donde publicó la columna mensual «Poéticas de la negatividad». De 2013 a 2017, coordinó y programó el Festival Poesía en Voz Alta en Casa del Lago. Sus poemas se tradujeron al inglés, italiano, portugués y mixteco. Participó en numerosos encuentros y festivales, en México, Argentina, España y Portugal. Además de otras antologías, con Antonio Portela y Juan Carlos H. Vera seleccionó y escribió la presentación y notas de la antología Animales distintos. Muestra de poetas argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesentas (Ediciones Arlequín/FONCA-Conaculta/Sigma Ediciones, 2008). En tanto artista multidisciplinaria, participó con sus piezas en distintos festivales. Coordina con Yunuen Díaz la exposición colectiva de poemas y carteles gráficos Ausencias. Lipogramas sin ‘a’. Mención aparte merece su poema operístico Dido. Fábula en música, presentado en 2018 bajo la dirección de Aquiles Morales, la composición de Diego Piñeira y la dirección escénica de Haideé Boeto, con más de cuarenta músicos y cantantes en escena.

Poesía
En Alguien aquí que tiembla…, celebración poética de mujeres. A un 1 del confinamiento (Compilación, por Sandra Lorenzano), México D.F, Ediciones Sin nombre, 2021
Lo pequeño, Buenos Aires, Buenos Aires Poetry, 2020
El libro de las condiciones, Proyecto literal, 2018
Yatin naa: Peligro de extinción, Barcelona, Carmina in minima res, 2012 (con traducción a la lengua mixteca por Kalu Tatysavi)
El libro de las ideas, México D.F., Ediciones Sin Nombre-Secretaría de Cultura del gobierno del D.F., 2012
Parques o el imán de la tierra (epílogo de Jorge Santiago Perednik), México D.F., H. Vera editor, 2009

Links
Sobre la autora. “Ana Franco Ortuño: ’Lo Pequeño’. Prólogo de Jorge Fondebrider”. En: Buenos Aires poetry, 29 de agosto de 2019
Datos y poemas. “Serie: Poetas mexicanos. Ana Franco Ortuño”. En: letras.mysite.com, 2014 / “Ana Franco Ortuño: Yatin naa / Peligro de extinción”. En: Carmina in mínima re, 2012
Video. “Entrevista a Ana Franco Ortuño”. En: Noticiero de poesía, 22 de abril de 2023