Pablo Gungolo

Los realizadores intrascendentes de la idea*

pajarito

el niño mato al pajarito.
desesperado por la vida
comienza a cortarle
el vientre, sus tripas
quedan en la vereda:
todo el organismo oreándose
frente a sus ojos.
toma el ave y la arroja
al cielo. sabía
que no iba a volar.

 

[Tomo la cuchara…]

Para Pablo y Para Mí 

tomo la cuchara y
revuelvo
dentro de la taza de café
todas las ideas
giran en la dirección
que la muñeca avanza,

desde la vidriera del bar
estos ojos míos, humanos
contemplan el amanecer;
pasan colectivos
gentes ocupando las cuadras
pronto los porteros
saldrán con sus mangueras
y abrirán los negocios,
se despertará el florista
los perros y los jubilados
el ruido crecerá constante
hasta ser ésta, la ciudad conocida

tengo diez minutos,
antes de salir, pienso en Pablo
como una intuición.

 

traducción

la precipitación de agua
desde las nubes hacia el suelo
es la explicación científica
del milagro de la lluvia: la luz
amarilla del semáforo
se disuelve sobre el asfalto
el resultado espontáneo
su belleza: muda de color
rojo incendia la ciudad mojada
en fuga, los autos frenan
y los parabrisas deshacen
la memoria del agua
que desabriga con su música
las calles hechizadas.

 

las capas del final

últimos segundos del pescado, antes
de salir del mar sus escamas salpican
una enorme red, un buque noruego
extingue su carácter animal, despojado
llega a la argentina en conteiner y su desnudez
es tan obscena, en una góndola preferencial del market
los tubos fluorescentes, radiantes
tan blancos reflejan el plateado
de la serie: repetidas muertes
sobre hielo picado, un hombre, el cliente
toma el producto, observa el vencimiento
en este mundo y lo suma al chango
de la forma más autónoma, solo le falta pan
lo adquiere en extraña oferta
multiplica y el milagro se produce
el consumidor final, avanza hacia la caja
por educación lo piensa y por ende saborea
marinado, con crema, papas y vino…
qué lejos queda la familia del pescado
ahora, en un plato blanco de loza
tuvo días bajo el fondo del océano:
todos los peces van al cielo y sin embargo
digerido en el estómago, el comensal
está pleno, a salvo sus ojos
saltones arrastrados por el tenedor
al tacho de residuos, hasta que una rata
negra con hambre, dos días después
encuentra el manjar viscoso
dentro de un pote de yogurt
rodeado de moscas los ojos del pez
de los mares de groenlandia en fin
desaparecen, como silencio sobre la cumbre
de una de las montañas más altas
del basurero.

 

inmanencia

los indicios de la fotografía: la continuidad
de mar y cielo, donde el vuelo de las gaviotas
quedan afuera pero son marcas del paisaje
como el viejo espigón derrumbado
y las olas cargadas de mar, fijas detrás del ojo
con su ilusorio desplazamiento por una lente
pentax k1000, el reverso de la playa desconocida
donde está el hombre con barba en cuclillas
en el espacio off el ojo el dedo
presiona y click, un instante donde el ruido
de las olas el viento el banderín rojo
congelados reposan sobre la mirada
y se abre una tierna herida
los pelos erizados del brazo
atraen la distancia, aquello que podía ser ajeno.

 

monte hermoso 1987

adherida al ojo de un hombre con barba
una réflex captura la imagen: a partir del filo
de la foto, del lado exterior la totalidad
no aparece y crea el mar: figuración
de naturaleza y cultura reunidos
en el dinamismo, una intemperie desarrolla
el diálogo para desnudar quizás
el mejor secreto guardado de una playa:
un instante continuo más allá de la parte
por el todo.

 

serás feliz

debajo de una sombrilla, los pies juegan
con la arena seca. una fruta tropical
en la mano, y a través de unas gafas negras
el mar traga la tierra confinando playa:
linda postal de verano. debo
pensarme feliz, para llegar a esta costa
debo ser feliz: la chica de al lado es feliz
boca abajo toma sol y cada tanto
se para, entra al mar y sale a seguir dorando
su piel; el chico de gorra verde y su perro
que lanzado el frisbee, corre a atraparlo
la señora de malla entera que junta caracole
en un baldecito y el señor del tejo
tomando un mate, son felices; en fin:
el sol la sombrilla la arena el horizonte la fruta tropical
el mar y su versatilidad, ante mis ojos. si ahora
soy fotografiado, quién diría que en la imagen
hay un mínimo de desgracia; mi mujer me ama y está feliz
de estar aquí, en el paraíso, como me dijo esta mañana
cuando frente al espejo miraba al cuarto del hotel, a mi cuerpo
en traje de baño, y tarareaba en portugués. sí, ahora
soy fotografiado, así desvestido, debo al menos sonreír
simular una pose o hacer una mueca.
por el horizonte, un crucero:
habrá alguien a bordo con ganas de llorar
disfrazado a la fuerza y tomado
por la cintura en un trencito
en medio de un carnaval carioca?
bordeo la costa con piel de gallina
disfrutando las sobras, como aprendí.

 

lapso

vacío el departamento devuelve
la imagen ya vista aunque olvidada
el periodo llamado alquilar
iniciaba: mis cosas y las tuyas
un incipiente nosotros a llenar
de otra vida y así pasan los años
ahora, nuestras cosas todas en cajas
esperan abajo dentro de un flete
es el momento de la última mirada
sin sentido al solo efecto de desconocer
la locación: su verdadera identidad
paradojal, es ahí donde nos abrazamos
con una fuerza que nace propia
un mismo hormigueo en el cuerpo
es la telepatía y sinceridad
rodeada de paredes blancas
y espacio disponible.

 

hollywood en la provincia de buenos aires

in times of crisis, we must all decide again and again whom we love.
Frank O´Hara, To the film industry in crisis

un protagonista sentado frente a una mujer
al costado de la ruta inclina el corazón
llena dos vasos los ojos del hombre
sostienen la vista. acaricia las manos de ella
vuelven sin hablar una salida donde corren
abrazados a un auto: una cupé fuego
quema llantas y el amor es una idea
platónica de belleza es el poder
de alcanzar ese intangible
una aproximación, es ella: suelta el pelo
y revolotea la cabeza hacia atrás
la velocidad de la luz y ella es hermosa
es todo arte: el auto se detiene
frente al mar y el viento etcétera
la cámara recorre un perfil con perfil
el parabrisas retira gotas con mecánica música
completa la escena un gran beso rojo
y púrpura amanecen, la banda de sonido
los títulos de crédito los realizadores
intrascendentes de la idea.

 

mudanza

el presente es todo el humo que soltaste:
la cabeza apoyada en mi hombro
y el suspiro final; te paso un mate
lo tomás lavado, me mirás y sonreís
te miro sonrío, por el retrovisor amanece
es una manera de creer en los días.
llevás las piernas al pecho como una nena
descalza, tus pies juegan en la felpa
del asiento; te vuelvo a ver acurrucada
frente al mar pasabas arena
de mano en mano, hermosa
no te lo digo pero acaricio tu nuca
pienso en tu nuca, a eso
reduzco el universo, y preguntás
en qué estás pensando?

la ventanilla y el viento, su ruido
nos convence de la velocidad
un tema de rock, algo nuestro
cantamos, la época vibra.

el auto avanza y la ruta
nos encuentra nómades
inmóviles, lejos
y en nosotros la casa
más intangible de todas.

 

placer

prendo un cigarrillo
y observo mansamente
el mar como preludio del océano.
será lo más cercano de la eternidad
que estos ojos entiendan. el tiempo
es otro, dulce y benevolente, así
debe ser la felicidad en el mundo?
los duros conceptos adquiridos
van perdiendo cuerpo
y vuelvo a mi mejor infancia
a creerlo todo, todo.
el mar está firme:
la actividad cesa por antonomasia.
gaviotas, y nubes con el rigor
de la libertad, viajan apenas
por un cielo siempre espontáneo:
existo porque vi esas gaviotas
y aquellas nubes y al resto
del paisaje: la totalidad
justa y necesaria. el viento sacude
mis cabellos como en las películas
el aire en movimiento es una suerte
de olvido; ausculto, cierro los ojos
y escucho el léxico de la costa.

 

* Nota del autor.
Los poemas publicados forman parte de los dos libros editados hasta el momento: “pajarito” y “[tomo la cuchara…” forman parte de Polaroid (2011), y los siguientes, de los restos (2017).


Pablo Gungolo (Bahía Blanca, 1980)

Vive en Buenos Aires. Escribe poesía y reseñas de obras de danza contemporánea en Segunda – Cuadernos de, sitio del cual forma parte desde 2012.

Poesía
los restos, Buenos Aires, Ediciones En Danza, 2017
Polaroid, Buenos Aires, Ediciones La Parte Maldita, 2011

Antologías
Los autos. Poemas a cuatro ruedas, Buenos Aires, Ediciones en Danza, 2017
Poesía Reunida 2012-2015, Bahía Blanca, Rizoma, 2016
Los Poemas, Buenos Aires, Fundación Victoria Ocampo, 2014
VI Antología, Buenos Aires, Ediciones Ruinas Circulares, 2014

Links
Poemas. En El Infinito Viajar / Otra Iglesia es Imposible
Video. Lectura, en La Parte Maldita